Peregrinación
a Punta de Vacas
Judit Szigeti
(
versión extractada)
Durante nuestra peregrinación a Punta de Vacas me han pasado algunas
experiencias muy significativas. Es difícil para mí hablar de estas pero lo
intentaré recordando el impacto que tuvieron los testimonios de otras personas en
mí y en otros. Entendí lo importante que es tratar de comunicar lo que uno está
viviendo en momentos tan extraordinarios, especialmente si las experiencias
parecen no ser personales.
...
Hemos llegado al parque a las 23 horas de la noche, y no encontramos a
nadie. Caminando hacia la casita, me paré varias veces y miraba al cielo. No
hay otro lugar del mundo donde se vean tantas estrellas en el cielo, y no hay
otro lugar donde una se sienta inundada de esta corriente enorme de
agradecimiento como aquí. Desde el primer momento sentí la cercanía y presencia
del Negro. Puse mi mano en el corazón, miraba las estrellas y agradecí. En este
momento vi una estrella fugaz atravesando el firmamento. Esto lo repetí tres
veces: agradecimiento y luego aparecía la estrella fugaz. Aunque el portal
estaba cerrado, y nosotros tuvimos que arrastrarnos para entrar al parque por
debajo del cerco, yo sentí que definitivamente hemos entrado en otro espacio.
En los siguientes tres días llegaron pocos visitantes, aparte de nosotros
estaban 2-3 cuidadores máximo así uno podía caminar por horas sin encontrarse
con alguien. Esto obviamente creo condiciones especiales para la reflexión.
Llegué con la intención de profundizar en el trabajo con el propósito, el guía
y el ascesis, pero al llegar aquí ya solo quería abrirme para lo que me
esperaba, y eso no fue difícil para nada. Casi todo me conmocionó. El parque
tuvo tanta carga para mí que no esperaba. Los olores, los lugares han evocado
montones de recuerdos, y sentí que estos no son solo recuerdos personales, sino
paisajes profundos. No puedo expresarlo en otro modo, simplemente ocurrió que
no aparecieron solamente recuerdos personales sino registros profundos, que no
pertenecen a mí.
Cada mañana fui a la ermita donde hice mi reflexión diaria que hago cada
día. Por supuesto aquí todo resulta distinto que entre las condicionas
normales. Me quedé mucho tiempo al lado de la ermita, después caminaba a la
fuente, a la sala, al monolito o volví al centro de estudios. Leí, tomaba
notas, reflexioné, paseaba largas horas y solo miraba y respiré el paisaje,
pedí y agradecí, intenté a silenciarme y dejar que me traspase la inspiración
que me acaparó de vez en cuando. A veces conversemos con las amigas, o hicimos
ceremonias en la sala, nuestro pequeño ámbito era tranquilo, íntimo y
inspirador.
Reflexioné sobre mi Propósito, llamaba a mi Guía, y cuando me parecía
adecuado iba a la sala para trabajar con el Ascesis. Intenté emplazarme en el
Propósito, pedí silencio y guía. A veces he captado comprensiones y me conmovieron
momentos inspiradores. Dejé que el parque actúe en mi e intenté no forzar nada.
A veces los ruidos se hicieron más fuertes, pero no por mucho tiempo, porque la
extraña “sustancia” que fluye en este parque constantemente siempre me arrastró
de nuevo.
El tercer día estaba en la sala tratando de quedar en silencio, conectar
con el Propósito e ir paso a paso con mi Ascesis usando algunos pasos de la disciplina
mental. Pedí a mi guía que me guie. Querría encontrarme con Él. Estaba sentada
intentando a conectar con los pasos, pero no funcionó. De pronto reconocí que algo me estaba
arrastrando. Desde adentro, desde la profundidad de mi interior algo me atrajo
con una fuerza enorme, y reconocí que mi intención de trabajar en un modo
resulta un impedimento en lugar de apoyo.
Este algo era la Fuerza, que parecía haber activado en un punto interior
lejano. Cuando di cuenta de esto me solté, me abandoné y este “lugar” me
“aspiró” inmediatamente. El próximo momento sentí fuerte ondulación en mi
cuerpo, mi respiración se hizo más lento y profundo, como si cada respiración
me limpió y vació adentro. Después una fuerte luz irrumpió. “Voy a la ciudad de
la Luz. Señor, guíame!” Y me guió. A veces vi figuras que me acompañaron hacia
dentro y arriba. La luz a veces se hizo más fuerte a veces alivió. De vez en
cuando se hizo tan intensa que yo sentí estar en el borde de desaparecer.
Quizás a veces esto ocurrió. En este “lugar” la luz, la fuerza era infinita, y
sentí que podría quedarme aquí para siempre. Sentí que esta energía que me
arrastró no pertenecía a mí, no era algo personal, yo no lo puse en
funcionamiento, más bien me puse en su disposición.
...
No sé cuánto tiempo duró todo esto, pero en un momento abrí mis ojos. No
sé, por qué. En realidad podría haber quedado “ahí” por mucho tiempo. Cuando
levanté la vista todo parecía sorprendentemente normal. Como si la experiencia
fue cortada. Sentí que pasó algo de gran importancia, pero no tenía idea que
consecuencias va a tener. Estaba muy calma y agradecida, y pronto dejé de
tratar de entender lo que pasó. Sin embargo cada experiencia significativa que
pasó después la atribuyo a lo que he vivido en este momento en la sala.
Desde entonces cada vez que intenté evocar la experiencia, este espacio luminoso,
y la fuerza en mi cuerpo se puso en marcha, y me acompañó. Los próximos días
tenia comprensiones importantes sobre el Ascesis como un proceso de toda la
vida y aún mas allá. Todos mis descubrimientos tenían que ver con el proceso
que estamos viviendo, que Silo ha puesto en marcha no es personal, sino que
pertenece al ser humano. Estas compresiones me alejaban de lo personal, y me
acercaron a lo conjunto. Leyendo los mitos fortalecieron este sentimiento.
Sentí saliéndome de mi mundo, y en esto reconocí el acto de mi Propósito.
El día próximo fuimos las tres a la sala y leímos un antigua edición de la
Mirada Interna (Anónimo). En los últimos tiempos he estudiado este material muy
a menudo porque su lenguaje y algunas explicaciones que no aparecen en la nueva
edición siempre me tocaban profundamente, especialmente sobre la fuerza y el
centro luminoso. Lo mismo pasó esta vez. Antes de dormir he leído La Guía en el
Camino Interno.
Ya han pasado tres días y nunca subí al mirador aunque siempre planifiqué.
Me parecía extraño que nunca llegue ahí, pero siempre pasó algo que me impedí:
llegó un viento enorme, empezó a llover etc. Esta mañana sin embargo no fui a
la ermita como normalmente sino directamente al mirador. Fue un día maravilloso,
sin viento, soleado y un quietud infinita.
En el cumbre me sentí en un banco, y tome otra vez la Guía del Camino
Interno y como este libro antiguo propone lo leí en alta voz, intentando captar
y fluir con el clima que transmite. Leyéndolo yo me sentí avanzando en el camino,
y cuando terminé lo que me pasó era algo parecido al “la revelación interior
hiere como un rayo”. Me sentí haber llegado al centro luminoso, a la ciudad
escondida, y de pronto me iluminó el Propósito, pero no mío, sino lo del ser
humano. Por un momento me reveló este propósito, pero no en un modo racional
sino como un rayo y plenamente. Justamente por eso es difícil expresarlo con
palabras, pero lo traduje así: Un Propósito trajo al ser humano al mundo.
Este Propósito le guía a lo Profundo, hacia el centro luminoso. Por eso existe.
Este Propósito que lleva adentro es algo intencional y no natural, por eso no
es fácil caminar en este camino. Solo una gran necesidad y una enorme carga le
hace capaz de cumplir su destino. Silo nos está guiando hacia este centro, y
todo lo que lanzo sirve esta intención. Este Plan esta pulsando dentro de todos
nosotros, no es personal, sino es la esencia del ser humano.
La imponencia y gravedad de esta tarea me impactó, y me conmoción, como el
reconocimiento de que justamente esta intención es la que nos trajo aquí. De
pronto todo se hizo silencioso, y me comprometí. En realidad este
reconocimiento era un compromiso en sí mismo. Yo sentí que desde ahora no tengo
otra opción. Después de haber reconocido esto, haber “visto” (porque pareció
como una visión muy clara y obvia), ¿que otra cosa podría hacer con mi vida y
en el mundo? Esta intención este sentido se instaló fuertemente en mi interior.
En este momento yo no era yo, sino era el ser humano.
Pareció que entendía por primera vez que complejo es el camino interno, que
“lógica inflexible tiene la consciencia”, y por eso es necesario fortalecer
nuestro intención cada día.
“Si
impulsas a tu ser en dirección luminosa, encontrarás resistencia y fatiga a
cada paso.” „Esta fatiga del ascenso tiene culpables.” „Esta escalada es
difícil por acción de tu cuerpo que tiende a dominar.” „No temas la presión de
la luz que te aleja de su centro cada vez más fuertemente. Absórbela como si
fuera un líquido o un viento porque en ella, ciertamente, está la vida.”
Me conecté con lo que es realmente humano en
nosotros, pero este algo no pertenece a “este mundo” en que vivimos cada día.
De pronto una enorme compasión con la humanidad me inundó. Yo entendí que la
fuente del acto de acercarse y adquirir el fuego fue el mismo propósito, y el
paso que nosotros tenemos que hacer para ir hacia lo Profundo es igualmente
significativo. Me conmovió la grandeza de la existencia humana. En este momento
todos mis deseos, pequeñeces, compulsiones personales aparecieron como desvíos
totalmente inútiles. Reconocí mi Propósito y estaba profundamente agradecida a
Silo.
Todo esto paso en un momento. El intento de
traducirla experiencia con largas frases es un intento desesperado para
comunicar algo de lo vivido. Siento que en este momento una nueva referencia se
instaló en mi interior, como un nuevo monolito en el paisaje interno.
Más tarde bajé del monte sacro a la sala, y otra
vez leí la Guía en el Camino Interno. Después busqué el registro del paso 10, y
el punto de vista se ha movido hacia dentro. En un momento mi cuerpo era
independiente de mí, y luego parecía como si una puerta se cerró. El mundo
desapareció. Después la puerta se abrió, y yo estaba en mi cuerpo de nuevo. Mi
guía me guiaba, y la puerta se cerró, el silencio infinito domino el espacio
infinito, luego el mundo aparecí otra vez.
Entendí: el mundo es el cuerpo.
Después de estas experiencias intente estar
atenta, no tratando de atrapar o mantener nada. Me estaba observando
calmamente. En los próximos horas las subidas eran seguidas por bajadas:
compulsiones, expectativas aparecieron. Pero luego me daba cuenta que estoy
observando todo en un modo nuevo. El ser humano va hacia el centro luminoso.
Esto era la medida de todas las cosas, todo es o no es importante de este punto
de vista, no hay otra. El Mensaje de Silo es el guía en este camino. Los
principios de acción valida ganaron nuevo sentimiento, como los más importantes
indicadores, apoyos en el camino, en las que el Plan se manifieste.
“La real importancia de la vida despierta se me hizo patente. La real
importancia de destruir las contradicciones internas me convenció. La real
importancia de manejar la Fuerza, a fin de lograr unidad y continuidad, me
llenó de un alegre sentido.”
El día próximo llegaron nuestros amigos, y
tuvimos la suerte de participar en el taller en la fundición del hierro. Como
todo, el trabajo en el taller también tuvo un nuevo sentido ahora, tal como los
mitos, las relaciones humanas, las experiencias y cercanía de los otros… todo
lo vi en un modo nuevo. Como si unas nuevas gafas se me instalaron en frente de
mis ojos, como si estaba mirando desde otro lugar.
Unas frases estaban siendo repetidas en mi
mente, y me conmocionaron cada vez:
“Si en la explanada logras alcanzar el día surgirá ante tus ojos el
radiante Sol que ha de alumbrarte por vez primera la realidad. Entonces verás
que en todo lo existente vive un Plan.”
Los registros de las experiencias de los días
anteriores luego se repitieron durante algunas ceremonias y experiencias, a
veces con más a veces con menos intensidad.
Antes de salir del parque PdV nos hemos juntado
en el taller para un intercambio sobre el Ascesis. Fue muy extraordinario este
dialogo abierto y honesto, donde todos contaron sus experiencias más profundas.
Sentí la gente muy cerca de mí, también los que conocí solo hace pocos días. En
nuestros testimonios nos reconocimos mutualmente, y eso me hizo intuir un nuevo
mundo que se está formando.
Como el Negro dijo: cambió el mundo, cambió
el mundo, cambió el mundo!
Desde de Punta de Vacas fuimos a Manantiales...
La sala de Manantiales es hermosa. La última vez
estaba aquí cuando entre a la Escuela, donde Silo también estaba presente. No
es sorprendente entonces que al entrar a la sala solo tenía que “enchufarme”,
abandonarme a esta presencia que era casi tangible. Durante la ceremonia que
hicimos la fuerza estaba fluyendo intensamente en mi cuerpo, y cuando terminó
no pude levantarme. Registré que muchos amigos están saliendo, pero también que
algunos quedan, y algo está creciendo. De pronto sentí que Silo está detrás de
mí. La energía se intensificó, y una extraña sensación apareció, como si mi
cuerpo empezó a desaparecer, y no lo sentí desde debajo de mi corazón. Pronto
apareció el espacio luminoso, que primero estaba ligado a un punto en mi
cabeza, pero después se volvió a ser un espacio mental, y la intensidad de la
luz fue impactante. Dentro de poco empezó un proceso que es difícil describir.
Pasó que alrededor de esta luz el mundo empezó a desaparecer. En este centro
luminoso la fuerza era tan intensa que empezó a “quemar”, “destruir” mi mundo
completamente. Yo estaba desapareciendo y junto conmigo, todo el mundo. No sé
cuanto tiempo tardo esto, y no tengo memoria más de lo que pasó. Cuando abrí
mis ojos estaba sola en la sala. Después tardo mucho en que la energía que
estaba presente en mi cuerpo volvió a fluir en un modo normal, “volví” a mi
mundo, pero sentí como algo ha movido profundamente.
Ya estoy de vuelta de la peregrinación, pero los
pequeños compresiones siguen pasando cada día. Todo tiene otro enfoque, como si
estaba llevando algo grabado en la memoria, que está actuando y expresándose
suavemente. Estoy muy agradecida por todo lo que ha pasado, y aunque es raro
para mi expresarme con tantos destalles, seguramente por un tipo de
autocensura, estas experiencias tienden a salir hacia fuera, porque se, que a
muchos les están pasando cosas parecidas, y que este proceso no es nada
personal.
“En algunos momentos de la historia, se
levanta un clamor, un desgarrador pedido de los individuos y los pueblos.
Entonces, desde lo Profundo llega una señal. Ojalá esa señal sea traducida con
bondad en los tiempos que corren, sea traducida para superar el dolor y el
sufrimiento. Porque detrás de esa señal están soplando los vientos del gran
cambio.”
Parques de Estudio y Reflexion: Punta
de Vacas, Febrero del 2013
(Judit Szigeti)